Objetivo general: La formación práctica completa se adquiere mediante el conocimiento directo de la realidad en la que se desenvuelve habitualmente el profesional de la
abogacía.
Objetivos específicos:
1.- Enfrentarse a problemas deontológicos profesionales.
2.- Familiarizarse con el funcionamiento y la problemática de instituciones relacionadas con el ejercicio de la profesión. 3.- Conocer la actividad de otros operadores
jurídicos, así como de profesionales relacionados con el ejercicio de su profesión.
4.- Recibir información actualizada sobre el desarrollo de la carrera profesional y las posibles líneas de actividad, así como acerca de los instrumentos para su gestión.
5.- En general, desarrollar las competencias y habilidades necesarias para el ejercicio de la profesión de abogado.
Habilidades: Relacionarse de forma adecuada con otros profesionales. Distinguir las funciones que le corresponden al abogado en todos los ámbitos. Realizar con
desenvoltura las tareas cotidianas en los ámbitos en los que el abogado ejerce su profesión. Saber identificar los tipos de conflicto y derivarlo al método de solución más
ajustado. Identificar y valorar las implicaciones interdisciplinares del asunto que se le encargue. Ser capaz de mediar en un conflicto con vocación de imparcialidad.
Actitudes: Asumir la función social de la abogacía. Relacionarse con los compañeros y otros profesionales. Tener una correcta relación deontológica. Asumir la
formación en la profesión como continua. Poner el máximo celo profesional para no incurrir en responsabilidad. Comprender la necesidad de intervernir en los asuntos
de turno de oficio con la misma responsabilidad y eficacia que los privados. Adoptar los hábitos de trabajo de un profesional de la abogacía. Adquirir el hábito de
trabajo individual y en grupo. Valorar el despacho desde una óptica empresarial. Tener una correcta relación deontológica con el cliente, los compañeros y el resto de los
operadores jurídicos. Acostumbrarse a analizar con detenimiento las resoluciones judiciales. Adquirir el hábito de tener informado al cliente. Apreciar la conveniencia de
propiciar una solución negociada al conflicto.
(*) La Guía Docente es el documento donde se visualiza la propuesta académica de la UDC. Este documento es público y no se puede modificar, salvo cosas excepcionales bajo la revisión del órgano competente de acuerdo a la normativa vigente que establece el proceso de elaboración de guías