Sin lugar a dudas, existen innumerables formas y medios de evaluación, tanto como las metodologías de enseñanza-aprendizaje. En esta guía de enseñanza, la educación se ha propuesto como un proceso artístico, por lo que la evaluación propuesta aquí, consistentemente, fluye desde esta perspectiva. Así, como argumenta Eisner (1995: 188), "la evaluación es una herramienta educativa a través de la cual se puede ejercer la inteligencia profesional en beneficio de los estudiantes". Esto muestra que la evaluación es una cuestión de dos involucrados: los estudiantes y el maestro, por lo que los criterios deben reflejarse y acordarse en grupos. Además, a veces se les pedirá a los estudiantes que desarrollen autoevaluaciones, a través de una reflexión personal y crítica sobre los procesos que han experimentado. Como puede intuirse, este tema implica un fuerte compromiso del estudiante con su propio proceso de aprendizaje artístico. De esta forma, la asistencia a clase es necesaria, no como una obligación, que también es el caso en el área europea de educación superior, ya que los procesos se vivirán en el aula y el curso de la asignatura se desarrollará en conjunto. La asistencia no es un formalismo, pero requiere la participación activa y crítica del alumno en el aula, dado que, como criterio de calificación, todos los proyectos deben aprobarse por separado para aprobar la asignatura. En la calificación final, la parte de la calificación promedio obtenida en los tres proyectos, cualitativamente tomará MUY EN CUENTA el grado de participación del estudiante, experimentación, autoexistencia, satisfacción personal, así como la capacidad de síntesis y reflexión del estudiante a lo largo del curso.

Por todo ello la evaluación será continua y mediante la presentación de trabajos. Los estudiantes con dispensa académica serán evaluados mediante examen.