| Descripción general |
Educar significa facilitarle al alumnado el aprendizaje de aquellos conocimientos, destrezas y competencias básicas que les permitan tomar conciencia del funcionamiento de la sociedad y actuar en consecuencia desde una posición crítica.
Una sociedade democrática y cada vez más multicultural exige, también de la educación social, agudizar la exigencia para detectar los elementos culturales que pudieran ser discriminatorios para algún grupo social en particular, analizar los cambios y resistencias e contribuír a transformar las instituciones, programas o servicios sociales en lo que puedan tenr de injusto o discriminatorio.
Enfocaremos los ámbitos de la educación social, especialmente aquellos que tienen más poder en la definición de las identidades: las familias, formalmente democráticas con restos patriarcales; la escuela, formalmente coeducativa con reminiscencias del modelo mixto y los equipamientos, programas y servicios ligados al tiempo de ocio adolescente, ocupando un lugar destacado las redes de comunicación, en su afán de crear ávidos consumidores.
Desafiar la desigualdad en función del xénero requiere de un modelo crítico abiertamente antisexista, para detectar donde persisten y son especialmente activos los sexismos. En el marco de esta materia, apelaremos a la teoría feminista, en tanto teoría crítica reflexiva que aporta claves para conocer las causas de la desigualdad, analizar los procesos de distribución de recursos, cuestionar las jerarquías sociales, buscar soluciones que contribuyan a globalizar un orden social que garantice la igualdad de mujeres y hombres y, por tanto, una sociedade del siglo XXI, más inclusiva, democrática y socialmente justa.
Proponemos, parafraseando a la profesora Celia Amorós, identificar algunos de los hios de color de rosa tejidos en las redes sociales, que son, las líneas y direcciones en las que puntearemos los hios violeta de la coeducación.
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Asignaturas
