| Descripción general |
A partir de la entrada en vigor de la reforma del Tratado de la UE firmada en Masstricht el 7 de febrero de 1992, se incorporó al Derecho originario de la Unión –en concreto, en sus arts. 3 y 129.A- una base jurídica adecuada para fundar la política legislativa comunitaria orientada a la protección de los consumidores, sin perjuicio de que, con anterioridad, el Derecho derivado de la UE ya se hubiese mostrado fecundo en este ámbito.
El adecuado funcionamiento del Mercado interior único exige que las reglas jurídicas que regulan las relaciones entre empresarios / profesionales y consumidores / usuarios determinen la existencia de marcos jurídicos homogéneos, con independencia de cuál sea la ley nacional aplicable al supuesto litigioso de que se trate. En efecto, tanto el fomento de la confianza de los consumidores –indispensable a efectos de dinamizar la economía-, como la eliminación de distorsiones de la competencia, exigen la armonización de las normas de Derecho de consumo y, en particular, del Derecho contractual de consumo, en el ámbito de los países integrantes de la UE. La creación del Mercado único europeo ha permitido que los empresarios y profesionales pongan sus productos o sus servicios a disposición de consumidores de otros mercados diferentes de su país de origen. El desarrollo de los medios de comunicación y la utilización creciente de medios electrónicos de comunicación –en particular de la red Internet- que facilitan la comparación y el acceso a los productos y servicios, así como la introducción de una moneda única con la que hacer efectiva los pagos dentro de la mayor parte de los países de la UE, constituyen dos vectores claves en la expansión de la publicidad de productos y de la prestación de servicios que ofrecen empresarios y profesionales de un Estado miembro a consumidores y usuarios de un Estado distinto. De esta manera, la celebración de contratos de consumo con un elemento subjetivo –v.gr., la nacionalidad de alguna de las partes- u objetivo –v.gr., el lugar de ejecución- de extranjería que determine su calificación como internacionales o transfronterizos ha dejado, hace tiempo, de ser una realidad reservada a un número reducido de consumidores que acostumbran a desplazarse a distintos Estados, para convertirse en una realidad cotidiana para el ciudadano / consumidor medio.
De conformidad con los datos jurídicos y de hecho que acaban de ser expuestos, las líneas programáticas del Derecho de consumo en el seno de la UE enunciadas tanto en el «Libro Verde sobre la protección de los consumidores en la UE», de 2 de octubre de 2001, como en la Comunicación de la Comisión denominada «Estrategia en materia de política de los consumidores 2002-2006», de 7 de mayo de 2002, se contempla como objetivo intensificar la armonización de las normas de Derecho de consumo en el seno de los países de la UE. |
Asignaturas
